REFLEXIONES
Octubre 12 de 2025 Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario Ciclo C
Lecturas del día
- 2 Reyes 5, 14-17.
- Salmo 97, 1. 2-3ab. 3cd-4.
- 2 Timoteo 2, 8-13.
- Lucas 17, 11-19.
Saludo fraterno, familia y amigos.
La conexión de la primera lectura y el evangelio de este domingo me parece muy clara, profunda; y es otra revelación de la misericordia de Dios.
Naamán el sirio, quien a los ojos del pueblo de Israel era un pagano o extranjero, recibe la curación de la lepra. Él reconoce la salvación que el Dios de Israel ha obrado en él y decide, a partir de la fe que ha recibido, que solo dará culto al Dios que lo ha curado; por ello la petición que en última instancia le hace al profeta de llevar tierra, para sobre ella construir un altar y ofrecer sacrificios y holocaustos de comunión.
El evangelio nos muestra varios puntos; uno de ellos, una extraña condición de la humanidad que pareciera la une más la desgracia, el dolor y la enfermedad, que la alegría, la salud y el bienestar. Los judíos guardaban enemistad profunda con los samaritanos, pero la enfermedad no distingue pueblos ni enemistades, así que los diez leprosos eran una pequeña comunidad caída en desgracia; marginados y aislados de la sociedad.
Ante la petición de ser curados, Jesús los envía a que se presenten a los sacerdotes en el templo, como un signo externo de su fe en Dios y su posible curación. Solamente regresa el samaritano:
- Alabando a Dios a grandes gritos.
- Se postró a los pies de Jesús: la postración en la biblia es un signo de adoración y solo se realiza ante Dios. Este hombre, reconoce en Jesús a Dios, su salvador.
Un dato: el samaritano no podía entrar al Templo de Jerusalén; y por la enemistad y hostilidad entre los dos pueblos y su atrevimiento de entrar al templo, podría salir quizás atacado gravemente.
Jesús es el nuevo templo, Jesús es el nuevo y definitivo lugar de encuentro de Dios con el hombre; por el misterio de la Encarnación es el lugar de la reconciliación de lo divino con lo humano, es el lugar de la redención del hombre por Dios. ¡Qué hermosos los misterios de nuestra fe!
Un último punto: La salvación de Dios es para todos los hombres, de todos los pueblos, de todos los tiempos (1ª. lectura y evangelio); como lo hemos dicho, se hace necesaria la respuesta del hombre, el ponernos en camino, un compromiso, una vivencia, un seguimiento existencial. “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”. Amén.
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Miguel Angel Cortes
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
Lucas 17, 11-19
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”.
Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.