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REFLEXIONES

Noviembre 02 de 2025 Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos

Lecturas del día

  • Sabidurίa 3, 1-9.
  • Salmo 22, 1-3. 4. 5. 6.
  • Romanos 5, 5-11.
  • Juan 6, 37-40.

Saludo fraterno, familia y amigos.

Justificados, salvados y reconciliados. ¡Qué gran anuncio que nos hace el apóstol San Pablo en esta segunda lectura en su carta a los romanos!

 

Ésta es una verdad y una realidad que brota del misterio pascual. Hemos sido justificados por la sangre de Cristo, salvados del poder del pecado, de la muerte; y reconciliados con Dios. El ser justificados hace referencia a la condición de vivir según la voluntad de Dios, en santidad, buscando sus caminos, creciendo en el compromiso con su Palabra, su Reino, sus valores y en el ser libres para siempre del pecado y de la muerte. Ésta es una realidad que muchas veces se cuestiona y se duda de ella; a veces con miedos, pensando aún que somos presa del demonio y de la muerte. Existe el maligno y la tentación, por supuesto, pero por el misterio pascual hemos sido liberados de su poder para siempre.

 

El tercer elemento mencionado es el haber sido reconciliados con Dios en su Hijo Jesucristo; la Escritura nos muestra hermosos pasajes al respecto, como en el profeta Isaías: “Soy yo, y sólo yo, quien por mi cuenta borro tus delitos, y dejo de recordar tus pecados” (43, 25). Dios cancela la deuda y nos reconcilia con Él en su Hijo Jesucristo.

 

Toda esta realidad de salvación hace referencia a la vida, la natural como signo y primicia de la eterna; hace referencia a la felicidad plena, al amor de Dios por cada hombre, a la redención que ha obrado por la humanidad.

 

Cada 2 de noviembre hacemos la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, no como una celebración de tragedia, sino de esperanza en la realidad salvadora de Dios por nosotros. Es por eso que una calavera, un cráneo, cualquier esqueleto; bien sea por decoración, disfraz, tatuaje o adorno en el retrovisor del carro, son signos anticristianos y con ello se manifiesta una perspectiva, una esperanza y una fe totalmente opuestas al misterio del amor de Dios y su salvación en su Hijo Jesucristo.

 

Descancen los fieles difuntos en el amor eterno de Dios y a nosotros nos conceda la gracia de crecer y profundizar en nuestra fe, para un día reunirnos con nuestros seres amados en el banquete eterno de su Reino. Amén.

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Miguel Angel Cortes

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas

Juan 6, 37-40

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día’’.