REFLEXIONES
Julio 07 de 2024 XIV Domingo del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo B
Saludo fraterno, familia y amigos.
Para las lecturas de este domingo quisiera centrarnos en dos temas entretejidos en la primera lectura y el Evangelio.
- El profeta
- La fe
Se nos ha enseñado que por el sacramento del bautismo somos regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y hechos partícipes de su misión. Por el bautismo, Dios nos reconoce como hijos, nos regala el sacerdocio bautismal, nos llama a ser reyes y profetas en Cristo Jesus.
El tema del profetismo es muy extenso. Algunos puntos: para mí el profeta es un hombre llamado por Dios, un hombre místico que esta conectado, inserto en la realidad del mundo; que anuncia la voluntad de Dios y su proyecto para el hombre y la humanidad; denuncia lo que está mal a la luz de su Palabra y su proyecto. El profeta es el enviado por Dios, sin intereses personales de ningún tipo, para ponerse de parte del hombre anunciando la salvación que Dios nos ofrece.
Así como anuncia la misericordia, el amor y la salvación, también denuncia todo lo que está en contra del plan de Dios. Siempre le decía a las comunidades: “Nunca olviden que los profetas mueren a piedra”. ¿Por qué? Porque el mensaje que entrega y las denuncias que hace en las comunidades, les parecen tan inaceptables que prefieren matarlos. Pareciera que el mundo y aún algunos sectores de la Iglesia, incluidos obispos, prefieren ser “políticamente correctos”, prefieren ser “populares” antes que buscar el Reino de Dios y su justicia.
Jesús va a su pueblo, pero no solo eso, va a la sinagoga, donde se encuentra con una incredulidad tan grande que Él mismo se extraña de su falta de fe, no pudo hacer allí ningún milagro, “sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos”. Todo ello en un contexto de “supuesta” fe, la sinagoga, el lugar de culto judío. Llevando esto al día de hoy, es la presencia de Cristo en la Iglesia que enseña. Muchas veces pensamos que todos los que entramos o vamos a una Iglesia tenemos fe. No. Allí también encontramos incredulidad y muchas piedras para cuando se necesite matar a un profeta.
Pero la acción salvadora de Dios no se detiene, la fuerza de su Reino y de su amor siguen adelante de manera inexorable.
Como lo hemos visto en los últimos domingos: ¿qué significa creer? ¿qué significa la fe en Jesucristo, Vivo y Resucitado? ¿Estamos también seducidos por el mundo, por lo políticamente correcto, que desechamos el ser profetas y nos ponemos mejor de lado de los tirapiedras?
Dios nos de la gracia que nos fortalece en la debilidad para continuar adelante en el seguimiento de su Hijo Jesucristo; Sacerdote, Profeta y Rey. Nuestra fe y confianza en Él nos sostengan para continuar y crecer en la respuesta a ser sus profetas en medio del mundo. Vendrán los apedreamientos, pero el Resucitó. Amén.
* * * * * * * * * * * *
Miguel Angel Cortes