REFLEXIONES
Octubre 15 de 2023 Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo A.
Saludo fraterno, familia y amigos.
Hermosas las lecturas que nos regala nuestro Dios y Señor a través de la Liturgia de la Iglesia para este domingo. Quisiera invitarlos a que relean especialmente los textos de la primera lectura y el Evangelio de las cuales quiero resaltar algunos puntos:
- En la vida del hombre, la comida, la mesa, el banquete, es algo importante; es signo de vida, de comunión, diálogo, incluso de intimidad. Normalmente cuando se organiza una fiesta, una de las primeras preguntas es qué vamos a dar de comer. Es una imagen que atraviesa toda la Sagrada Escritura.
- El anuncio que hace el profeta: “Él arrancará el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo”. No es otro que el anuncio de la salvación, la vida que Dios ofrece al hombre, no solo una vida natural sino una vida que salta hasta la eternidad. Explícitamente se habla de la destrucción de la muerte.
- Como lo decíamos en el punto uno, la invitación del rey al banquete de bodas de su hijo, es signo, figura de la invitación de Dios a toda la humanidad a la salvación, a la vida eterna, la plenitud.
- Se da la reacción de los invitados, incluso matando a los enviados y yéndose a sus negocios. Es la reacción ante Jesús, acogida ó rechazo. Tuvo tanto rechazo por algunos que decidieron asesinarlo y arreglaron todo hasta que lo lograron, temporalmente, es decir, por dos días y medio.
- Ante el rechazo de los invitados de primer orden, la invitación no se cancela, mucho menos la boda ó el banquete; al contrario, la invitación entonces se hace universal, “… a todos los que encuentren”. Es el amor de Dios por toda la humanidad.
- Un hombre que no iba vestido con traje de fiesta. Se han dado varias interpretaciones sobre cuál es el traje de fiesta: la gracia, el Evangelio, revestirnos de Cristo, el amor, hacer la voluntad del Padre, los frutos de la vida cristiana. En últimas es la misma realidad; la respuesta del hombre a Dios en un camino de fe, que se hace amor y servicio en la práctica, con obras y en verdad.
- La frase final “Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos” nos presenta una mayor gravedad de la llamada. No podemos confiarnos, no basta con tener la partida de bautismo, así haya sido “privado”. Es necesario el traje de fiesta, vestirnos de Evangelio en nuestra existencia cotidiana y asi estar preparados para la plenitud del Banquete de Bodas, la fiesta de la vida y de la salvación a la que Dios nos invita siempre y a todos. Amén.
* * * * * * * * * * * *
Aprecio sus comentarios. Dios los bendiga, lo mejor para cada uno de Ustedes y sus familias. Ya lo habrán escuchado, pero quiero recordarlo: oremos por la paz en el mundo. Es otra tarea también como discípulos del Maestro. ¡Chao!
—
Miguel Angel Cortes