REFLEXIONES
Septiembre 22 de 2024 XXV Domingo del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo B
Saludo fraterno, familia y amigos.
Pienso que la 1ª. lectura de este domingo es una hermosa profundización a las lecturas del domingo pasado y a la reflexión que compartíamos en torno al sufrimiento del justo, que por el mismo hecho de dar testimonio de su fe, con su vida, se torna incómodo para los impíos, los injustos y por ello quieren matarlo.
La 2ª. Lectura nos presenta la clara diferencia entre la verdadera y la falsa sabiduría. Santiago nos muestra el antagonismo entre una vida según el Espíritu de Dios, la verdadera sabiduría y una vida según los apetitos de las pasiones humanas. Si elaboramos un abanico en ambos extremos con los pecados capitales y las virtudes que combaten cada uno de ellos, veremos claramente que este texto es otro fundamento bíblico de la virtud cristiana a la que todos somos invitados.
En el Evangelio, Jesús, el justo por excelencia, anuncia su pasión, muerte y resurrección. Hasta este momento ellos no entienden y además tienen miedo de preguntarle por una explicación. Pero, frente a esta realidad, los discípulos están enfrascados en una lucha interna que al final de cuentas lo único que produce es su silencio, por la vergüenza ante la pregunta de Jesús: “¿De qué discutían por el camino?” También están guiados por una pasión pecaminosa, el ansia del poder, el ansia de considerarse el más importante, de dominar y someter. Como siempre, la respuesta de Jesús no puede ser más demoledora ante la pretensión de estas pasiones humanas y nos pone realmente en nuestro sitio, sí, también a nosotros. ¡Cuán eterna, veraz y vigente es la Palabra de Dios para la realidad que vivimos hoy!
En el camino de la fe, en el camino del Maestro, de la verdadera sabiduría, la de Dios, son otros los parámetros y los objetivos para llevar adelante una vida que nos lleva a la felicidad que no tiene parangón en el mundo. Se hace necesaria una decisión diaria, a cada momento, para ir profundizando el seguimiento de Nuestro Dios y Señor, ir en pos de su Reino, vivir en el mundo sin ser del mundo, escapar de la corrupción y llegar así a la tierra prometida de su amor y de su infinita salvación. Amén.
* * * * * * * * * * * *
Miguel Angel Cortes