REFLEXIONES
Octubre 20 de 2024 XXIX Domingo del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo B
Saludo fraterno, familia y amigos.
Jesús ha anunciado por tercera vez su pasión, muerte y resurrección. Al parecer, sus discípulos, o no han entendido, o prefieren quedarse en la visión de Jesús como un Mesías terreno, como quien va a llegar al poder para restablecer la monarquía en Israel, la que había existido siglos antes con David y Salomón en su esplendor. Aquí entendemos la petición que le hacen los hermanos Santiago y Juan, hijos de don Zebedeo. Querían los dos primeros puestos cuando Jesús llegara al poder.
Jesús les manifiesta que no saben lo que están pidiendo. No han comprendido. Luego les pregunta si están dispuestos a sumergirse en la misma realidad de pasión y cruz que Él va a vivir. A continuación les aclara que no es Él quien concede esos lugares.
Los otros diez entran en ira contra estos dos que se adelantaron a pedir los primeros puestos al “gobierno”. Podemos imaginar que quizás cada uno de ellos también estaba esperando el momento y el ambiente indicado para pedirle a Jesús lo mismo, o quizás cada uno pensaba que era él quien merecía estar en el primer puesto, junto a Jesús. Hemos compartido que es la tentación del poder en el ser humano y con ello el mandar, dominar e incluso pisotear a los otros, despojarlos de sus derechos, utilizarlos, oprimirlos, tiranizarlos, robarles las realidades de una mejor vida, etc. Es la realidad del ser humano herido por el pecado.
Jesus reúne a los doce, incluidos los que habían pedido los primeros puestos y les da, de paso a nosotros también, la lección concreta, magistral y universal sobre lo que son los gobernantes y lo que debemos ser realmente los seres humanos, ante los demás, la familia, la comunidad:
“Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.
Para Jesús el punto no es el poder y sus tentáculos, sino:
- La autoridad.
- El servicio.
- El amor.
- El dar la vida.
Es tarea de cada uno de nosotros profundizar la llamada que Dios nos hace a amar, servir y dar la vida por los demás a ejemplo del Maestro. ¿Qué significa eso para mí? ¿Cómo crecer en mi vida cotidiana en estos cuatro elementos que hemos mencionado?
Nuestra vida espiritual, la Palabra de Dios, los sacramentos nos renueven siempre en el discipulado; en ellos tenemos la gracia para superar la tentación del poder, para ser realmente hombres de Evangelio y hacernos servidores de su Reino en medio del mundo por amor. Amén.
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Miguel Angel Cortes
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos
Mc 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. Él les dijo: “¿Qué es lo que desean?” Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?” Le respondieron: “Sí podemos”. Y Jesús les dijo: “Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”.
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.