REFLEXIONES
Octubre 22 de 2023 Domingo XXIX del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo A.
Saludo fraterno, familia y amigos.
En este domingo veintinueve del tiempo ordinario nos detenemos en el Evangelio donde Jesús nos regala una enseñanza que implica profundizarla cada día de nuestra vida.
Los fariseos, vestidos «con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mt 7,15), envían “unos discípulos, con unos partidarios de Herodes” que se presentan ante Jesús, alardean de Él, como queriendo empujarlo a que dijera algo que ellos esperan para poder acusarlo ante la autoridad civil y llevarlo a juicio. Es por eso por lo que iban unos “partidarios de Herodes” que serian testigos en la acusación.
La pregunta no era sencilla: “¿es lícito pagar impuesto al César o no?”.
Si Jesús contestaba que era lícito, lo tildarían de partidario del imperio y por ende colaborador de quienes oprimían a su propio pueblo haciendo que Jesús pasara a ser impopular entre su pueblo. (Debo aclarar que si bien sería el pensamiento de los fariseos en ese momento, nunca lo fue para Jesús, ya que al Maestro jamás le preocupó el tema de ser popular o no).
Si contestaba que no era lícito, lo acusarían de estar en contra del emperador, de sedición y traición a Roma. Motivo para acusarlo y llevarlo a juicio. El objetivo final era sacarlo, asesinarlo por cualquiera de los dos caminos; uno popular, es decir apedreado por su pueblo o uno oficial, ejecutado por el imperio, como efectivamente lo logaron; por dos días y medio.
La respuesta de Jesús, la tenemos en dos momentos:
- En primer lugar, pide que le enseñen la moneda del tributo. Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: “¿De quién es esta imagen y esta inscripción?” Le respondieron: “Del César”.
- “Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.
Normalmente este pasaje se ha interpretado como la referencia que hace Jesús al orden temporal y al eterno, algo así como cumplamos con los impuestos ante el Estado y demos a la Iglesia lo que podamos en limosna y ofrendas. Esa es una interpretación que debemos llevar mucho más allá.
Es verdad que Jesús hace esta doble referencia. Pero debemos pensar lo siguiente. La referencia al orden temporal es la llamada que tenemos en la construcción de un mundo según el encargo divino; somos cooperadores, colaboradores en la obra de la creación. El orden temporal, la ley civil, etc., son una herramienta en esa construcción; obedecer las leyes humanas es obedecer a Dios, pero no olvidemos que existe la norma moral en la licitud de desobedecer una orden o ley civil que va en contra de la voluntad de Dios. Como nos lo dice el libro de los Hechos de los Apóstoles, 4,19: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.
Antes del segundo momento podemos imaginar a Jesús diciendo: “Si la imagen en la moneda del impuesto es del César, ¿De quién es la imagen en cada uno de nosotros?” De Dios. Dar a Dios lo que le pertenece. Él, como Señor de la historia, dueño de la creación y de nuestra existencia, nos pide que le entreguemos también los tributos que le corresponden. Sólo que este tributo es nuestra vida misma, nuestra existencia. Estamos llamados en definitiva a un camino de santidad. Será este camino el que nos guíe en esa construcción en la justicia y la paz del orden temporal como colaboradores de la creación del mundo en nuestro paso por la historia. Amén.
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Miguel Angel Cortes