Los imperios del mundo se derrumban,

la batalla a muerte por el poder, la ambición y el dinero,

hierve en cada época de la historia.

Muchos pusieron en ello su esperanza,

el anhelo de construir algo material que permanezca;

ilusión, como castillo de arena que una ola arrasa.  

Construcciones sobre mentiras, traiciones, envidias,

rivalidades, egoísmos;

piensan que construyen, vana ilusión; construimos sobre arena.

El Anunciado por los siglos vino al mundo,

la semilla del eterno Reino sembró

y germina segundo a segundo,

en el corazón y la vida de quien lo acepta en la fe y el amor.

Tu Reino, es el reino de la luz, la verdad, el amor,

tu Reino es la paz para todo aquel de buena voluntad y limpio corazón;

lo verán y poseerán quienes tienen intenciones leales,

quienes son de la verdad y escuchan tu voz.

Tú eres Rey, Señor del Universo,

dueño de la creación, Señor del tiempo y de cada acontecimiento,

tú eres Rey Señor, Señor de la vida, Rey de amor,

solo tú eres Rey porque entregaste tu vida,

el inocente por los culpables.

Solo tú eres Rey,

no soy digno de tu amor y sin embargo,

tú nos haces dignos de ti, de tu Reino, de tu amor,

misericordia inabarcable.

Tu Reino es eterno, oh mi Dios,

porque no es impuesto; tu reino es el reino del amor,

que aguarda, que espera nuestro retorno,

que abrazas a quien se convierte a ti y te acepta,

en su vida, en su mente, en su corazón.

Tu Reino es el reino del amor,

de la entrega, del dar la vida, del servicio,

de la justicia, la solidaridad y la verdad.

Solo tú eres Rey,

solo tú eres la verdad de Dios, del hombre y del mundo;

ante tu verdad descubro mi pobreza y mi pecado,

ante tu verdad está mi única esperanza:

tu amor y tu misericordia.

Solo tú eres Rey,

solo tú eres digno, solo tu debes ser seguido,

solo tú eres el Eterno,

tu reino más estable que los cielos. Amén.

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Miguel Angel Cortes