REFLEXIONES

Diciembre 01 de 2024 I Domingo de Adviento Ciclo C

Saludo fraterno, familia y amigos.

Iniciamos en este domingo un nuevo año litúrgico (Ciclo C) en la liturgia de la Iglesia, fermento de nuestra vida.

 

El tiempo del Adviento es el tiempo de alegre esperanza en el que nos preparamos espiritualmente para celebrar el nacimiento de Cristo en nuestra carne y a la vez, ponemos nuestra mirada en la espera gozosa de la segunda venida de Cristo.

 

Las lecturas de este primer domingo de Adviento nos presentan esta doble perspectiva, la promesa divina de un descendiente de David “que hará justicia y derecho en la tierra” y el anuncio de Cristo acerca de su regreso bajo signos apocalípticos: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca su liberación”.

 

Aparece también en esta perspectiva el tema de la llamada vigilancia cristiana, que no es otra cosa que la vida del creyente en un permanente compromiso con el Evangelio, los valores del reino, el esfuerzo por vivir el amor en las realidades cotidianas del mundo. Cuando el cristiano vive en esta perspectiva, al contrario de temer por el fin del mundo y la segunda venida de Cristo, su corazón se alegra por el inminente encuentro con Aquel que siempre ha buscado, amado, seguido y esperado.

 

Alimentándonos con la Palabra de Dios y renovados en la fe con los sacramentos y diferentes elementos que nos regala la vida de la Iglesia, podemos ir en un crecimiento permanente no solo de la fe sino de sus consecuencias prácticas para nuestra vida personal, de pareja, familiar e incluso comunitaria.

 

Los invito para que en este caminar del Adviento nos dispongamos para celebrar en nuestra vida, en nuestro corazón, el nacimiento de Cristo en carne; se hizo uno de nosotros y así, no solamente nos hizo hermanos sino que además ¡divinizó nuestra condición humana!

 

Atención: No vamos a celebrar un cumpleaños más de Jesús, ni es cantar las mañanitas ni el “happy birthday”; burdos elementos de querer “ser populares” y que solamente hacen daño al contenido de la fe y su predicación.

 

Desearles un muy feliz adviento; que en este tiempo litúrgico el Señor nos renueve el corazón en la fe y la esperanza para que creciendo en todo (2ª. lectura), estemos preparados para celebrar gozosamente su nacimiento en la historia personal de cada uno y nos encuentre despiertos al momento de su venida en gloria. Amén.

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Miguel Angel Cortes 

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas

Lc 21, 25-28. 34-36

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre.