REFLEXIONES
Febrero 16 de 2025 VI Domingo del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo C
Saludo fraterno, familia y amigos.
Esto dice el Señor: “Maldito el hombre que confía en el hombre”, (Jer 17,5).
Con estas palabras de la 1ª. lectura y una pésima interpretación, muchos “predicadores”, pensando que hacen una férrea proclamación de la voluntad de Dios, han destruido no solamente relaciones de pareja, sino que también han roto la confianza humana entre amigos, han destruido el sacramento de la reconciliación, han distanciado familias, etc.; eso sí, la confianza en los curanderos y abogados ha permanecido intacta.
No podemos interpretar de manera simplista ni literal, este oráculo sapiencial del profeta Jeremías y aplicarlo como se ha hecho, causando tanto daño.
El profeta hace la denuncia tanto de los hombres como del pueblo que ponen su confianza en “el hombre y la carne”, es decir, poner la confianza que se debe solo a Dios en realidades humanas, terrenas, como el dinero, el poder, los pactos entre pueblos, olvidando el pacto, la Alianza y las promesas de Dios con su pueblo.
Jesús en el Evangelio de hoy nos presenta clara y plenamente esa realidad anunciada por el profeta. Jesús anuncia que son dichosos los pobres, los que tienen hambre, los que lloran, los que son aborrecidos y maldecidos por causa de su nombre. Realidades que si son vividas en perspectiva del Reino de Dios, de Resurrección (2ª. lectura), son semilla no solamente de dicha y felicidad; sino también de plenitud.
A renglón seguido denuncia también Jesús unas realidades humanas, terrenas, en las cuales el hombre es tentado a poner en ellas su confianza y no en Dios:
“¡ay de ustedes, los ricos!
¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora!
¡Ay de ustedes, los que ríen ahora!
¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe!
La riqueza que denuncia Jesús es estar preso de sí mismo y de las posesiones o el ansia de lo material, lo que perece, lo que es caduco; los hartos por las pretensiones humanas y lo que se piensa se posee pero no es algo más que efímero; los que ríen por realidades y alabanzas terrenas sin poner el corazón ni la confianza en Dios, en su Reino, en lo eterno!
Así como existe el amor de Dios, el amor paternal, filial, fraterno, etc.; así mismo existe una confianza que vivimos en las realidades humanas, confiamos en nuestros papás, en nuestros hermanos, en los amigos, confiamos en el médico que nos va a operar, confiamos en la cafetería o restaurante al que entramos, etc.; realidades distintas, pero nuestra confianza, la que debemos solo a Dios no debemos ponerla en realidades creadas, eso pasa a ser idolatría. Ya las lecturas de este domingo nos han mostrado las consecuencias.
Perder la confianza en la humanidad es como vivir sin fe, es pensar que tampoco creo en mí mismo.
Pidamos a Dios nos fortalezca en la esperanza a nivel humano y cómo trabajar en ella, así como la gracia de discernir la confianza que le debemos solo a Él. Amén.
* * * * * * * * * * * *
Miguel Angel Cortes
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
Lucas 6, 17. 20-26
En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón.
Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo:
“Dichosos ustedes los pobres,
porque de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre,
porque serán saciados.
Dichosos ustedes los que lloran ahora,
porque al fin reirán.
Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos,
porque ya tienen ahora su consuelo!
¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora,
porque después tendrán hambre!
¡Ay de ustedes, los que ríen ahora,
porque llorarán de pena!
¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe,
porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!”