EL DUELO Y EL MINISTERIO DE LA ESCUCHA
No es un secreto que la celebración de los funerales cristianos tiene un fuerte componente comunitario y esto es una realidad que ayuda mucho a los dolientes para superar el dolor por la partida a la eternidad de un ser amado. El encontrarnos durante el novenario e incluso aunque sea un triduo (tres días) nos ayuda a reencontrar y sentir la compañía de la familia, los amigos, la comunidad cristiana, la Iglesia; que nos recuerdan con su presencia que siguen a nuestro lado, alivian nuestra soledad para seguir adelante en nuestro peregrinar por el mundo.
Acompañamos a familias y pequeñas comunidades en la vivencia del duelo, buscando que la esperanza cristiana que Dios nos dio en su Hijo Jesucristo se vaya enraizando de una manera más profunda en el corazón de los creyentes y las comunidades para que el anuncio del Resucitado transforme realmente nuestras vidas y la visión y significado de la vida y de la muerte. Es decir, este acompañamiento es un proceso también de Evangelización buscando que Dios, a través de su Palabra y la oración, fortalezca la fe de las familias y las comunidades, para que lleguemos a ser realmente mensajeros de la Buena Noticia de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.