REFLEXIONES
Septiembre 29 de 2024 XXVI Domingo del Tiempo Ordinario (T.O.) Ciclo B
Saludo fraterno, familia y amigos.
Subrayaremos en este domingo el elemento que salta a la vista como conexión entre la 1ª. lectura y el Evangelio.
- En la 1ª. lectura el Espíritu de Dios llega a dos ancianos que aunque estaban en la lista, no asisten a la reunión y empiezan también a profetizar en nombre de Dios.
- El ayudante de Moisés le pide que les prohiba tal acción profetizadora.
- La respuesta de Moisés: “¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!”
- En el Evangelio: Juan le dice a Jesús que había unos expulsando demonios en su nombre y lo han querido impedir.
- La respuesta de Jesús: “No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor”.
Pensando en la realidad actual y el cumplimiento del Antiguo en el Nuevo Testamento, el Espíritu de Dios se nos ha dado a todos los bautizados y podemos también entonces exclamar con Moisés: “¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta!”. Por la condición de bautizados, hemos recibido el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, y hemos sido constituidos sacerdotes, profetas y reyes.
La dimensión profética no tiene que ver con adivinar el futuro o hacer anuncios de terror sobre el fin del mundo; el profetismo bíblico tiene que ver con el análisis de la realidad en una profunda conexión con Dios para denunciar aquello que está mal según el proyecto de Dios y anunciar su voluntad para la vida del hombre, de la familia, de la sociedad, de la Iglesia y del mundo.
Hace falta que más voces, más acciones, hechos, compromisos más profundos hagan resonar el querer de Dios para el mundo y la sociedad. Para ello se hace necesaria la fe, caminos de evangelización y formación para el pueblo de Dios; esta realidad pasa por el estudio de la Biblia, la doctrina, la teología. Ojalá todo bautizado tuviera formación bíblica, doctrinal, teológica, litúrgica! ¡No podemos conformarnos pensando que “es que con la homilía de cada misa el padre nos habla de todo eso y es suficiente”!
En la medida que se profundicen y se ensanchen estos procesos, la comunidad será más vigoroza en la vivencia del Evangelio y en un seguimiento más profundo del Maestro y la construcción de su Reino.
La 2ª. Lectura es una denuncia clara, profética, del Apóstol frente a una realidad social que resulta insultante no solo para el pobre sino también para Dios. Cuán cierto y actual el epígrafe en la novela de Mario Puzo, “Detrás de cada gran fortuna hay un crimen”. Balzac.
Pidamos a Cristo que nos renueve con el Espíritu que se nos ha dado desde nuestro bautismo, que nos podamos comprometer en profundizar nuestro conocimiento de la Biblia, de la doctrina de la fe, profundizar nuestra reflexión teológica y litúrgica, para que en una conexión más profunda con Dios podamos discernir los signos de los tiempos y ser todos profetas en medio de nuestras realidades cotidianas. Amén.
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Miguel Angel Cortes