REFLEXIONES
Noviembre 30 de 2025 Primer Domingo de Adviento. Ciclo A
Lecturas del día
- Isaίas 2, 1-5.
- Salmo 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9.
- Romanos 13, 11-14a.
- Mateo 24, 37-44.
Saludo fraterno, familia y amigos.
El tiempo del Adviento tiene una doble dimensión en la celebración litúrgica de la Iglesia:
- Es el tiempo en el que nos preparamos para celebrar el nacimiento de Cristo en nuestro tiempo; es su nacimiento entre nosotros que estamos aquí, vivos. Un texto relacionado con este concepto me parece hermosísimo y lo encontramos en el Deuteronomio 5,2-3: “Yahvé nuestro Dios ha concluido con nosotros una alianza en el Horeb. No con nuestros padres concluyó Yahvé esta alianza, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoy aquí, todos vivos”. No celebramos en la liturgia una salvación que se queda en el pasado o como un recuerdo, sino como la salvación que realmente es; actual, que obra en nuestra vida, en nuestra historia, en nuestro presente y hacia el futuro.
- Es el tiempo en el que tenemos la perspectiva de la segunda venida de Cristo, su retorno glorioso, en el que la salvación tendrá su plenitud. Es tiempo también de conversión y preparación para ese encuentro definitivo con nuestro Dios y Señor; el color litúrgico es el morado, en similitud con la cuaresma.
La lectura del profeta Isaías nos muestra la intervención de Dios y sus consecuencias en la historia, no solo de su pueblo sino de toda la humanidad. Parte de esos efectos es el caminar por sus senderos y la paz para el hombre y los pueblos de la tierra.
Jesús nos invita en el Evangelio a una actitud de vigilancia, el estar atentos, pues no sabemos el día ni la hora de su segunda venida. Desafortunadamente, muchas veces se piensa “ese día y esa hora” como una catástrofe mundial que acabará con la vida y entonces será la segunda venida de Cristo. Jesús nos invita a un horizonte más cercano, el día que nos llegue el tiempo de partir de este mundo al Padre, ese día será nuestro encuentro pleno y definitivo con Él. Jesús nos invita a prepararnos para ese momento, pues realmente no sabemos ni el día ni la hora, y será en el momento menos pensado (Mt 24, 39).
San Pablo nos habla de una manera muy práctica, nos invita a vivir las consecuencias del amor de Dios en nuestra vida, abandonando las obras de las tinieblas y revestirnos de las obras de la luz.
Reconozcamos nuestra pobreza y hambre espiritual, abramos nuestro corazón al amor de Dios y su Palabra, abracemos la salvación que Dios nos ofrece en su Hijo que nace, determinemos caminar en la obras de la luz, preparémonos para celebrar el nacimiento del Salvador en nuestra existencia, pues en esa medida estaremos decidiendo ya en esta vida, nuestra suerte futura y eterna. Amén.
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Miguel Angel Cortes
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.
Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.